Buen día Laura, hace mucho que no nos contactamos para enviar un mensaje al Mundo… 

Hoy te quiero hablar sobre la forma de Dios en la Tierra, sobre esta errada imagen que el Mundo hoy tiene y que debe cambiar para liberación del ser humano de una estructura innecesaria.

Monumentos de cemento suponen a Dios, cruces de madera suponen el sufrimiento… que equivocados estuvieron aquellos que creyeron que eso era Dios, que el sufrimiento es parte de él… Amados, Dios es amor, Dios son ustedes, Dios es cada uno de nosotros que en el conjunto somos UNO el mismo UNO que Dios en su unidad.

Solo piensen y díganme que les dice su corazón cuando ven una estructura… saben algo amados? Son libres realmente, Dios no tiene iglesias, ni religión, Dios no tiene casa ni lugar, Dios está en su casa, en su cama, en su mascota, en el aire que respiran, en su prójimo. No es necesario rendir culto para que Dios los ame, sencillamente es necesario ser ustedes mismos para lograr comprender a Dios. Porque cuando sean libres y logren ser ustedes mismos comprenderán que están hechos a semejanza del Padre.

Amados, liberen su mente, conózcanse y reconózcanse una y cada una de las veces que se miren al espejo. Vean sus ojos, vean que les dice. Vean que ahí está Dios, tan y más cerca de lo que hoy se cree. Que está en todas partes y es por esto que no deben hacer las cosas bien sólo en la casa de Dios porque todo es la casa de Dios… Acaso la Tierra, no es su Casa???
Comprendan amados, son libres, no se aten a creer lo que sólo ven, siéntanlo. Son ustedes son Dios con el TODO. La casa de Dios es su Tierra, Gaia, quien los acoge con amor y dulzura, quien los cuida con devoción… por lo tanto amados, respeten día a día la casa de Dios, su casa. Cuídenla y cuídense.

Dios no tiene una sucursal, Dios no tiene un nicho exclusivo de personas de distintas religiones, Dios los tiene a cada uno de ustedes pera lograr ser Dios….

Sean libres, comprendan que el amor está en todas partes, depende de ustedes si aceptan que entre a su vida para cambiar y darles felicidad.

Los ama y acompaña,
Melchizedek